Una de las fases del plan estratégico es el Análisis del entorno competitivo que su empresa puede encontrar en el entorno de su negocio. De ésta forma podremos realizar una proposición de valor que nuestros clientes nos valoren de forma clara.
Método de trabajo para el análisis del entorno competitivo
Al realizar el Análisis del entorno competitivo utilizamos herramientas como el modelo de las cinco fuerzas competitivas o modelo del núcleo competitivo de Porter. Según éste modelo, la situación competitiva de una empresa depende de cinco variables o fuerzas que pueden determinar el éxito del negocio y que, por tanto, deben estar detalladamente analizadas. Éstas cinco fuerzas son:
Amenazas de productos substitutivos
Un mercado o segmento no es atractivo si existen productos substitutivos. Y aún es peor si son más avanzados tecnológicamente o tienen precios más bajos. Minimizaremos ésta amenaza mejorando la diferenciación del producto, para que sea más competitivo, a partir de la gestión de la innovación, de acuerdo ISO 56001, el ecodiseño o la Declaración Ambiental de Producto. También le ayudaremos a reducir costes para poder fijar precios bajos.
Amenazas de nuevos competidores
Llegan al mercado con nuevos recursos y capacidad para apoderarse de una porción del mercado. Ésta amenaza será menor como más barreras de entrada al mercado y de salida para abandonar el mercado haya para los competidores que se plantean acceder al mercado.
A veces, para entrar en un mercado se requiere ser OEA sobre la seguridad en la cadena de suministro o demostrar el compromiso con la sostenibilidad a través de Ecovadis o SMETA.
Poder de negociación de los clientes
Imponen condiciones a las variables fundamentales de las ventas (precio, plazos de entrega o plazos de pago, calidad del producto). Éste poder será mayor cuándo más grande sea la capacidad de los clientes para organizarse y poder ejercer más presión, cuando un cliente acapare la mayoría de las ventas, cuánto más productos substitutivos existen o cuanto más difícil sea la diferenciación del producto.
Poder de negociación de los proveedores:
La capacidad de los proveedores para imponer condiciones a las variables fundamentales de las compras (precio, plazos de entrega o plazos de pago, calidad del producto…). También en éste caso, el poder ser mayor cuando sea la capacidad de los proveedores para organizarse y poder ejercer más presión, o cuando un proveedor sea imprescindible para las compras de la empresa, incluidas las compras sostenibles.
Grado de rivalidad de los competidores:
Es más difícil competir en un mercado, dónde los competidores estén bien posicionados o sean numerosas. Implicará guerras de precios, campañas publicitarias agresivas, promociones y entrada de nuevos productos. A menudo se considera que las 4 fuerzas anterior determinan el grado de rivalidad interna del mercado (por eso está al centro en la gráfica de la derecha)
FAQs entorno competitivo
¿Por qué son importantes las normas ISO en un entorno competitivo?
Las normas ISO son esenciales en un entorno competitivo porque garantizan procesos eficientes, productos seguros y servicios fiables. Mejoran la calidad, reducen errores y fortalecen la satisfacción del cliente. Además, permiten diferenciarse frente a la competencia, facilitar el acceso a nuevos mercados y demostrar compromiso con la mejora continua, la sostenibilidad y la excelencia empresarial.
¿Qué implica implementar normas en un entorno competitivo?
Implementar normas de calidad en un entorno competitivo implica mejorar procesos, asegurar productos fiables y aumentar la reputación. Además, permite optimizar recursos, reducir errores y demostrar profesionalidad. Las normas ISO refuerzan la competitividad, facilitan acceder a nuevos mercados y consolidan una cultura de mejora continua que impulsa el crecimiento y la eficiencia empresarial.
¿Cómo se relaciona la sostenibilidad en un entorno competitivo?
La sostenibilidad se relaciona directamente con la competitividad porque impulsa eficiencia, innovación y reducción de costes. Las empresas sostenibles mejoran su reputación, atraen clientes y cumplen mejor la normativa. Además, integrar criterios ambientales y sociales fortalece la resiliencia, permite acceder a nuevos mercados y convierte la sostenibilidad en una ventaja estratégica clave en entornos altamente competitivos.
¿Qué relación hay entre competitividad y Responsabilidad Social?
La Responsabilidad Social impulsa la competitividad porque mejora la reputación, refuerza la confianza y genera valor sostenible para clientes y stakeholders. Además, integrar prácticas responsables reduce riesgos, atrae talento y fomenta la innovación. Las empresas socialmente comprometidas consiguen mayor diferenciación, acceso a nuevos mercados y una ventaja estratégica duradera en entornos competitivos.